Cuando los fanzines eran la única forma de leer tebeillos guarros, irreverencias sin concesiones y macarradas “independientes” varias, una práctica habitual era, aún lo es, ilustrar chistes populares, de esos chorra que se cuentan en bares y bautizos.
Y no pasaba nada, era raro que alguna asociación o colectivo de algo montara un pollo sintiéndose aludidos y agredidos por alusiones, siempre han existido y existirán los soplagaitas, pero tengo la sensación de que antes o tenían más humor o si no lo tenían entendían que un chiste, parodia o broma es sólo lo que es, sin más filosofadas ni traumas.
Y ahora la explicación del garabato, basado en un chiste de esos…
El cartero sube a un piso a entregar un paquete, al llegar encuentra la puerta entreabierta.
Se asoma y ve la escena, una mujer y un hombre en pelota picada, ella se aprieta las tetas, y él mueve un paraguas mientras se mete el dedo pulgar en el culo.
El cartero, sorprendido, baja a la portería y le cuenta el cuadro al portero.
-”No se preocupe” , le contesta, “son mudos, están discutiendo”.
-”Ella le dice a su marido que baje a comprar leche y él le contesta que le den por culo, que está lloviendo”.
Y no hemos cambiado, seguimos haciendo chistes, de la calle, de la cama, de culos, de rubias, y de lo que se tercie.